Mucho hemos hablado de la influencia de la Internet en la sociedad desde resaltar tanto aspectos positivos como negativos y el papel que desarrolla como medio de comunicación masivo. En Colombia específicamente los padres de familia sienten que la crianza de sus hijos es cada vez mas difícil en etapas tempranas y ni que decir cuando sus hijos llegan a la segunda infancia y adolescencia, todo se vuelve un caos….ellos buscan explicaciones de todo tipo examinando el comportamiento de los jóvenes y las quejas se hacen continuas sobre varios aspectos y entre ellos se llega al tema de las TIC¨S, en especial del Internet.
Ya es repetitivo el discurso de padres de familia que los jóvenes solo quieren es estar en Internet y se preguntan: Pero cual será esa joda de estar todo el tiempo ahí metido en el computador?.... muchos se siguen preguntando esto, mientras otros ya tienen la respuesta…se la pasan chateando en MSN o Facebook, mirando fotos, escribiendo bobadas y escuchando música. Así pues el uso del Internet se ha convertido hoy por hoy en un dolor de cabeza para los padres frente a los hijos y termina siendo a la vez un espacio donde los padres manipulan para satisfacerlos o castigarlos por el mismo apego que hay de los jóvenes hacia el.
Esta situación nos lleva a plantear la necesidad urgida de una Política Publica Nacional para el buen uso del Internet por lo menos en menores de 18 años que sea concertada entre el Estado y la comunidad y que permita abrir espacios mas enfocados hacia el uso del Internet con fines formativos en valores, deberes y derechos y el refuerzo escolar, que sea una herramienta que ofrezca apoyo a los padres y no dolores de cabeza como lo que actualmente muestra el panorama.
El debate esta dado hacia la búsqueda de mejores estrategias de formación y comunicación con el uso de un Internet responsable apoyado corresponsablemente entre el Estado y la sociedad. La base de esta política seria una acción complementaria al ya uso del internet actualmente bastante criticado últimamente en los medios por el enfoque o uso tan superfluo que le dan los niños, jóvenes e incluso los adultos.
